Las Fuerzas Armadas de Israel han llevado a cabo un operativo en el sur de Líbano, donde encontraron y destruyeron armamento vinculado al grupo chií Hezbolá. Esta acción se produce a pesar del acuerdo de alto el fuego alcanzado a finales de noviembre, que Israel acusa a Hezbolá de estar incumpliendo. En el transcurso de la operación en la zona de Wadi Saluki, el ejército israelí destruyó varios sistemas de lanzamiento de misiles, cohetes y otros explosivos, así como armamento adicional hallado en edificios cercanos.
El ejército israelí también reportó la incautación de rifles de asalto, granadas y minas, asegurando que las áreas donde se encontraba el armamento han sido «demolidas». Esta intervención se da en el contexto del despliegue de fuerzas israelíes en el sur del Líbano, que se prevé que se retiren a finales de enero, coincidiendo con el despliegue de las Fuerzas Armadas Libanesas en la región. Estos acontecimientos agravan aún más la tensión entre las partes y reabren el debate sobre la efectividad del alto el fuego existente.
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