En un discurso ante el Congreso de Estados Unidos, Donald Trump proclamó que el país ha dejado atrás la cultura «woke», destacando sus políticas contra la diversidad y la inclusión. Durante su intervención, el presidente mostró su respaldo a la prohibición de las operaciones quirúrgicas para el cambio de sexo en menores, afirmando que se debe acabar con la «mentira» de que los niños pueden estar atrapados en el cuerpo equivocado. Además, hizo un llamado al Congreso para que apruebe un proyecto de ley que penalice dicho procedimiento, y celebró medidas que han beneficiado a su administración, como la eliminación del apoyo a la ideología de género.
Trump también se vanagloriaba de su gestión en temas económicos y de seguridad, entre ellos la financiación de la defensa y recortes de impuestos. Alabó al multimillonario Elon Musk por su trabajo en el Departamento de Eficiencia Gubernamental y se comprometió a continuar con su «ofensiva» contra la inmigración irregular. Su discurso, que se extendió por más de una hora, culminó con un mensaje optimista sobre el futuro de Estados Unidos, prometiendo que la «era dorada» del país apenas había comenzado, lo que fue recibido con entusiasmo por sus seguidores en el Congreso.
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