El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha indicado que es poco probable que eleve al 50% los aranceles sobre el acero y aluminio importados de Canadá, una medida que había planeado implementar en respuesta al recargo del 25% impuesto por la provincia de Ontario sobre las exportaciones de electricidad hacia su país. Esta decisión de Ontario de aumentar las tarifas fue suspendida tras la promesa del secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, de reunirse con el primer ministro provincial, Doug Ford, para discutir las relaciones económicas entre ambas naciones. Trump había comunicado anteriormente sus intenciones de aumentar los aranceles como represalia, lo que provocó un intercambio de tensiones entre los líderes de ambos países.
En un ambiente de creciente discordia, Ford ha advertido a Trump sobre la posibilidad de cortar el suministro eléctrico si la administración estadounidense continúa con su «guerra comercial». En declaraciones a la prensa, el primer ministro de Ontario destacó la firmeza de su posición, subrayando que protegería a las familias canadienses de las consecuencias de las decisiones de Trump. Además, el mandatario estadounidense ha amenazado con introducir tarifas adicionales sobre vehículos canadienses a partir del 2 de abril, lo que sugiere una escalada en las medidas económicas que podrían tener un impacto significativo en la economía de ambos países.
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