La Plaza del Altozano de Albacete es un punto de referencia para residentes y turistas, y en ella se alza el Gran Hotel, reconocido por su arquitectura única y distintivas cúpulas de tejas azules. Sin embargo, estas cúpulas han sido cubiertas por redes de seguridad debido a su deterioro, lo que ha generado inquietud y descontento tanto entre los ciudadanos como entre quienes visitan la ciudad. Esta situación, que persiste desde hace varios años, no solo impide disfrutar plenamente de la belleza del edificio, sino que también se ha convertido en un foco de vergüenza para la comunidad.
El Grand Hotel, declarado Bien de Interés Patrimonial (BIP) en 2018, presenta daños visibles que han llevado a la instalación de medidas cautelares para proteger a los transeúntes de posibles desprendimientos. Aunque la normativa exige a los propietarios mantener los edificios patrimoniales, los retrasos en el inicio de las obras de rehabilitación son evidentes. Según especialistas en patrimonio, esta falta de acción puede afectar la imagen de Albacete, especialmente en una plaza que constituye una parada obligatoria para los visitantes, quienes a menudo cuestionan sobre el estado de las obras. Los arquitectos locales instan a la propiedad a tomar medidas para restaurar el emblemático edificio y devolverle su esplendor.
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