El Papa Francisco celebró este Domingo de Resurrección con la tradicional bendición ‘Urbi et Orbi’ desde el balcón de la basílica de San Pedro, en un acto marcado por su presencia en silla de ruedas. A pesar de su delicada condición de salud, el Pontífice saludó a los fieles con un mensaje de paz y esperanza, destacando que la Pascua simboliza «la fiesta de la vida». Durante la ceremonia, se leyó un mensaje que hizo eco de los sufrimientos en varias zonas de conflicto, como Ucrania, Israel y Palestina, enfatizando la necesidad de paz y ayuda humanitaria en estas regiones.
El Papa también hizo un fuerte llamado al cese del fuego y al desarme global, subrayando que la paz no puede ser alcanzada sin desarme efectivo y diálogo constructivo. En su mensaje, expresó su cercanía a las comunidades cristianas en Gaza y su preocupación por el creciente antisemitismo en el mundo. Antes de impartir la bendición, Francisco se reunió brevemente con el vicepresidente estadounidense, JD Vance, en un encuentro privado que reflejó su compromiso por intercambiar saludos y promover el entendimiento en un contexto de celebración pascual.
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