Ayer, la provincia de Albacete enfrentó un apagón que dejó a la población sin suministro eléctrico durante más de 11 horas, reintegrándose pasadas la medianoche. Esta situación provocó un notable incremento en la actividad de los servicios de emergencias y de seguridad, quienes, desde el inicio del corte, se enfocaron en gestionar el tráfico tras la falla de los semáforos. El alcalde Manuel Serrano subrayó la «rapidez y coordinación» en la respuesta municipal, destacando la activación del Plan Territorial de Castilla-La Mancha y la constitución del Centro Asesor y de Seguimiento (CAS) para coordinar esfuerzos entre las distintas administraciones y fuerzas de seguridad.
Durante la crisis, la Policía Local atendió cerca de 70 incidencias, todas consideradas de menor gravedad, mientras que los bomberos realizaron alrededor de 46 intervenciones, la mayoría relacionadas con rescates de personas atrapadas en ascensores. Aunque se suspendió la actividad educativa y cultural en la provincia, los hospitales operaron con normalidad gracias a medidas preventivas. El delegado de la Junta en Albacete garantizó que se estaba atendiendo a los centros más sensibles y que el suministro de agua estaba asegurado, mientras que la actividad del tráfico ferroviario también fue interrumpida para asegurar la seguridad de los pasajeros atrapados en trenes.
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