A las 12:30 del lunes, un apagón masivo dejó a toda Castilla-La Mancha sin electricidad, generando un estado de emergencia que duró casi 24 horas en algunas localidades de Toledo y Ciudad Real. Durante ese tiempo, el servicio de emergencias 112 recibió un aluvión de 12.000 llamadas, en comparación con las 4.000 que recibe en un día normal. Para gestionar la crisis, Castilla-La Mancha activó el Platecam, el Plan regional de Emergencias, y declaró el nivel 3 de emergencia nacional, permitiendo así una coordinación más efectiva con el Gobierno de España.
A medida que el día avanzaba, la normalidad comenzó a restablecerse. Al mediodía del martes, la región solicitó ‘desconectarse’ del nivel 3 de emergencia y pronto lo redujo a nivel 1. Aunque se previó mantener este estado por posibles incidentes durante las horas pico de consumo, las autoridades y las empresas eléctricas mostraron optimismo, dando por sentado que no habría problemas. Las reuniones del gabinete de crisis informaron que no hubo incidentes significativos en seguridad ciudadana y que el suministro de agua estaba asegurado, con todas las depuradoras operando con normalidad.
Leer noticia completa en La Tribuna de Albacete.