Las recientes modificaciones en las reglas del trasvase Tajo-Segura han generado un fuerte descontento en las comunidades del Levante, especialmente en Murcia, donde el presidente Fernando López Miras ha calificado estos recortes como un ataque directo a la identidad y futuro de la región. Desde Caravaca de la Cruz, Miras enfatizó que estas restricciones perjudican a miles de familias que dependen de este recurso hídrico, pidiendo unidad para oponerse a las decisiones del Gobierno de España que amenazan su bienestar y sostenibilidad económica.
En la Comunidad Valenciana, el rechazo también es palpable, con líderes políticos señalando que las nuevas reglas representan un asalto a su forma de vida. La Generalitat ha manifestado su intención de emprender acciones legales y sociales para hacer frente a lo que consideran un atropello. Asimismo, el consejero andaluz de Agricultura, Ramón Fernández-Pacheco, ha defendido la viabilidad del trasvase, advirtiendo sobre la reducción drástica en el suministro de agua a Almería y criticando el estado de las desaladoras, lo que añade más tensión a la situación.
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