El reciente apagón en la Península ha generado un intenso debate sobre la responsabilidad y gestión del sistema eléctrico en España. Mientras algunos medios atribuyen el evento a fallos de la Red Eléctrica y critican la gestión del gobierno de Pedro Sánchez, otros defienden que se trata más de una crisis de representación política que de un simple error técnico. Este episodio también ha puesto de relieve el contexto de “puertas giratorias” en el que operan figuras clave, como Beatriz Corredor, actual presidenta de Red Eléctrica, quien percibe un salario desproporcionado en comparación con las dificultades económicas que enfrentan muchos ciudadanos.
La falta de conexión entre los sindicatos y la ciudadanía se hace evidente, ya que muchos sienten que sus reivindicaciones, como la reducción de horas laborales, son superficiales ante problemas más profundos. Este desfase entre la política y la realidad diaria alimenta la desconfianza hacia los partidos tradicionales como el PSOE y el PP, y promueve el ascenso de alternativas como VOX. La reciente discusión sobre el uso del poder económico y mediático, así como la crítica hacia la gestión salarial en el ámbito público, resalta una indignación palpable en la sociedad, mientras los políticos intentan mantener la armonía y evitar conflictos que podrían disminuir su popularidad.
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