Una potente tormenta de granizo ha devastado más de 14,000 hectáreas de cultivos en la provincia de Albacete, sorprendiendo a los agricultores que, después de dos años de sequía, esperaban un año productivo tras las lluvias de marzo. La calamidad, que se produjo el pasado miércoles, afectó gravemente a localidades como Tarazona de la Mancha y Madrigueras, donde los daños impactaron especialmente a cultivos de almendro, olivar y viñedo. Los porcentajes de afectación varían considerablemente entre las parcelas, alcanzando hasta el 100% en algunas de ellas. Además, solo entre el 30 y el 33% de la superficie dañada está cubierta por seguros agrarios, lo que plantea un escenario desolador para los agricultores.
Los testimonios de los afectados revelan la magnitud de las pérdidas y la desolación que deja el granizo. Carlos López, presidente de una cooperativa en Tarazona, estima haber perdido hasta el 70% de su producción, mientras que otros agricultores en Madrigueras informan de daños que rondan el 100%. Muchos se enfrentan a la incógnita de la recuperación no solo para este año, sino también para la próxima cosecha. En un contexto marcado por episodios meteorológicos cada vez más extremos, la comunidad agrícola de Albacete se enfrenta a un futuro incierto, donde la resiliencia y la planificación se vuelven cruciales para la supervivencia de sus cultivos.
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