Desde el Acequión, un paisano lamenta la erosión del pasado en su comunidad, donde cada día que pasa un fragmento de su historia se desvanece sin remedio por parte de las autoridades locales. La falta de interés en preservar la memoria colectiva se hace evidente, especialmente con la reciente suspensión del mercadillo de los Invasores, lo que ha dejado a vendedores y clientes a la deriva sin soluciones adecuadas. A pesar de estos desafíos, el autor sugiere que no todo es desánimo, aunque la situación actual resalta la falta de coordinación y entendimiento en la planificación de eventos locales.
El autor critica la decisión del Ayuntamiento de solapar la Feria Internacional del Queso con la Feria Agrícola y Ganadera Expovicaman, argumentando que ambas merecen atención individual. La medida podría perjudicar el crecimiento de la joven feria del queso, cuya visibilidad se ve empañada por la predominancia de Expovicaman. La crítica va más allá, cuestionando la visión a largo plazo de las autoridades para fomentar realmente la Marca Albacete, sugiriendo que unir eventos no es la solución idónea para atraer visitantes. En medio de este panorama, el autor recuerda la pérdida de Valeriano Belmonte, mientras permanece esperanzado en el futuro de su equipo de fútbol local.
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