En la Diócesis de Albacete, el exorcismo sigue siendo una práctica vigente, liderada por el sacerdote Don Julián Ros Córcoles. Esta antigua forma de oración propuesta por la Iglesia católica tiene como objetivo liberar a los cristianos de influencias malignas. A pesar de que la idea de los exorcismos puede evocar imágenes de terror promovidas por películas como El Exorcista, Ros señala que tales representaciones no reflejan la realidad del fenómeno religioso y espiritual. La banalización en la ficción tiende a oscurecer el entendimiento de lo que realmente implica el exorcismo, que es un proceso de santificación y liberación.

Ros, además de ser el Vicario General de la Diócesis, destaca la importancia de discernir entre los síntomas de posesión demoníaca y los trastornos mentales, sugiriendo que, en algunos casos, se requiere la intervención profesional de psiquiatras. La práctica del exorcismo, según el Ritual Romano, requiere una licencia del obispo y es realizada por sacerdotes específicos entrenados para este fin. Ros expresa que el maligno sigue presente en la humanidad, alentando divisiones y conflictos, pero también ofrece un mensaje de esperanza: el poder de Dios es capaz de vencer cualquier mal.

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