Estudiantes de segundo de Bachillerato en Albacete enfrentan un creciente estrés y fatiga mental a medida que se acercan los exámenes finales y la nueva Prueba de Acceso a la Universidad (PAU), programada para el 3 al 6 de junio. Profesionales en psicología y educación señalan que la presión por alcanzar elevadas notas de corte en algunas carreras genera emociones intensas y difíciles de manejar. La concentración de los exámenes en solo cuatro días intensifica esta carga, llevando a muchos jóvenes a un estado de ansiedad que dificulta su rendimiento. Los expertos recomiendan que se reconfigure la percepción de estas pruebas como una oportunidad, en lugar de una amenaza al futuro.
El contexto actual se caracteriza por una inflación de notas en Bachillerato, lo que intensifica la competitividad entre estudiantes. Un 25% de ellos experimentan niveles significativos de estrés, con cerca del 15% llevando su ansiedad a niveles extremos. Este ambiente competitivo, acentuado por la autoexigencia y un enfoque en el rendimiento, ha creado un perfil de estudiantes perfeccionistas, que a menudo se convierten en sus propios enemigos. Con llamadas a cambiar el énfasis hacia el esfuerzo sobre el resultado, educadores y psicólogos sugieren que un diálogo más abierto y comprensivo podría facilitar una gestión emocional más saludable durante este crucial periodo académico.
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