El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha hecho un audaz llamado a la implementación del controvertido plan de Donald Trump, que propone la expulsión de dos millones de palestinos de Gaza hacia otros países árabes, como paso crucial para poner fin a la guerra en la región. Durante su primera rueda de prensa en cinco meses, Netanyahu dijo estar dispuesto a concluir el conflicto bajo condiciones estrictas que incluyen la liberación de rehenes y la desmilitarización de Hamás, asegurando que las tropas israelíes están avanzando en su ofensiva para eliminar a los terroristas y su infraestructura.
En un intento de minimizar la crisis humanitaria en Gaza y mantener el apoyo internacional, Netanyahu anunció la reanudación de la entrada de ayuda humanitaria, aunque la ONU aún no ha confirmado su distribución. Declaró que se establecerá una «zona estéril» en el sur de Gaza para proteger a los civiles y facilitar el acceso a alimentos básicos. Además, mencionó que es probable que el Ejército israelí haya eliminado al líder de facto de Hamás, Mohamed Sinwar, entre otros altos mandos del grupo. A pesar de la presión internacional sobre Israel a raíz de la violencia en Gaza, Netanyahu afirmó que no cederá en sus objetivos de seguridad.
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