El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado que el 4 de junio se duplicarán las tarifas arancelarias sobre las importaciones de acero, elevando el tipo del 25 al 50 por ciento. Durante un mitin en la planta siderúrgica US Steel en Pensilvania, Trump enfatizó que esta medida fortalecerá la industria del acero estadounidense y protegerá los empleos en el sector. «Nadie lo va a eludir», afirmó, subrayando su compromiso con el acero producido en el país y la necesidad de evitar materiales de baja calidad provenientes del extranjero.

La decisión de Trump surge en un contexto tenso, marcado por tensiones comerciales con China, a la que acusó de violar acuerdos arancelarios. A la vez, un tribunal había suspendido temporalmente varios aranceles, aunque este fallo fue revertido poco después. La elección de la planta de Pittsburgh para el anuncio refuerza su apoyo a la industria local, a pesar de sus ambivalencias previas respecto a la compra de la compañía por parte de la japonesa Nippon Steel. Este giro en la política de aranceles se presenta como parte de la estrategia de Trump para revitalizar la producción nacional y asegurar el futuro industrial del país.

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