El doctor Pedro Abizanda, jefe del Servicio de Geriatría del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, ofreció ayer una charla en el ciclo Hacemos Barrio sobre la relación entre la microbiota y el envejecimiento. Durante su exposición, Abizanda explicó que la microbiota, compuesta por más de 100 billones de bacterias en el tracto digestivo, no solo es crucial para una digestión adecuada, sino que también influye en la regulación cerebral, muscular y del sistema inmunitario. El especialista enfatizó la importancia de entender cómo los cambios en la microbiota pueden impactar el proceso de envejecimiento, destacando la disbiosis—un desequilibrio perjudicial en la composición de la microbiota—como un posible indicador del envejecimiento y su relación con enfermedades crónicas.
Abizanda subrayó que, aunque aún no existen ensayos clínicos definitivos que vinculen directamente las intervenciones en la microbiota con enfermedades como el Alzheimer o la sarcopenia, cada vez hay más evidencia que sugiere una correlación. Entre las estrategias para mejorar la salud de la microbiota, el doctor destacó la práctica regular de ejercicio y una alimentación equilibrada, señalando que la Dieta Mediterránea, rica en frutas, verduras y baja en grasas saturadas, presenta beneficios significativos. Concluyó que la modulación de la microbiota podría contribuir a un envejecimiento más saludable y a una mejor calidad de vida en la ancianidad.
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