La Conferencia de Presidentes llevada a cabo en el Palacio de Pedralbes en Barcelona culminó sin la consecución de acuerdos significativos entre el Gobierno y las comunidades autónomas, eclipsada por tensiones en torno al uso de lenguas cooficiales y un llamado del Partido Popular a elecciones anticipadas. Los presidentes autonómicos, como Emiliano García-Page y Juanma Moreno, insistieron en la necesidad urgente de abordar temas cruciales como la financiación autonómica y la política de vivienda, pero los debates no lograron concretarse en decisiones conjuntas. El presidente catalán, Salvador Illa, defendió un modelo de financiación singular, a pesar de que la discusión sobre este punto no fue central en el orden del día.
El encuentro también puso de relieve la polarización en torno a la gestión migratoria, con propuestas contradictorias entre los distintos líderes autonómicos. A pesar de la intención del Gobierno de priorizar el tema de la vivienda, las comunidades en manos del PP se opusieron a las propuestas del Ejecutivo, mientras que otros líderes, como la presidenta de Navarra, apoyaron iniciativas para aumentar la construcción de viviendas. En medio de estas polémicas, el presidente Pedro Sánchez reafirmó su intención de agotar la legislatura, resistiendo la presión de los barones del PP para convocar elecciones anticipadas, aludiendo a que deben ser los ciudadanos quienes decidan en 2027. La siguiente Conferencia de Presidentes se anunciará en Asturias, tras un encuentro que no logró superar las divisiones políticas.
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