El campamento de Rubkan, ubicado en la frontera entre Siria y Jordania, ha quedado oficialmente desocupado, poniendo fin a más de una década como refugio improvisado para miles de desplazados por la guerra civil siria. La ONG Fuerza de Intervención para la Emergencia en Siria comunicó el cierre del campamento, que durante su mayor ocupación en 2018 albergó a más de 80,000 personas en condiciones extremas, según datos de Naciones Unidas. Este asentamiento, que estaba situado en una ‘zona de desconflicto’ instaurada por Estados Unidos, enfrentó un estricto bloqueo jordano, acusado de albergar a supuestos miembros del Estado Islámico, lo que impedía a sus ocupantes cruzar hacia Jordania en busca de seguridad.
A lo largo de su existencia, Rubkan no solo fue un símbolo del sufrimiento humano, sino también un escenario de violencia, incluidos atentados mortales como el de 2017, que dejó decenas de víctimas. La mayoría de los desplazados eran opositores al régimen de Bashar al Assad o desertores del ejército. La situación se complicó aún más con el asedio de las fuerzas leales al derrocado presidente, que se exilió en Rusia tras perder el control del país ante el grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham el año pasado. Este cierre marca un nuevo capítulo en la crisis humanitaria de Siria, dejando a muchas familias sin un lugar seguro al que llamar hogar.
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