El Banco de España ha ajustado a la baja sus previsiones de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) para España, recortando su estimación para 2025 en tres décimas, situándola en un 2,4%. Para 2026 también ha hecho una disminución, fijándola en un 1,8%. Este cambio responde a un contexto de incertidumbre global y el impacto de aranceles, lo que ha llevado al gobernador de la institución, José Luis Escrivá, a calificar la situación económica como «extraordinariamente compleja». Se anticipa que, en un escenario adverso, la economía podría enfrentar una reducción adicional en su tasa de crecimiento, con una menor contribución del sector exterior como uno de los principales factores detrás de esta desaceleración.
En cuanto a la inflación, las nuevas proyecciones indican una desaceleración esperada, con una tasa promedio del 2,4% para 2025, que se mantendría en el 1,7% en 2026. Por su parte, la tasa de desempleo se prevé que se mantenga en un 10,5% en 2025, incrementándose ligeramente a un 10,2% en 2026. En el ámbito fiscal, el déficit público se mantiene con estimaciones del 2,8% y 2,6% para 2025 y 2026, respectivamente, mientras que la deuda pública se ha elevado en una décima, alcanzando el 101,4% del PIB para 2025 y manteniéndose en ese nivel durante 2026.
Leer noticia completa en La Tribuna de Albacete.