Docenas de cazas del Ejército de Israel han llevado a cabo bombardeos en diversas localidades de Irán, en una aparente respuesta preventiva a lo que el Gobierno israelí considera una amenaza inminente del programa nuclear iraní. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) justifican las operaciones afirmando que Teherán se encuentra “más cerca que nunca de obtener un arma nuclear”, lo que representa un riesgo vital para Israel y el resto del mundo. A raíz de estos ataques, que impactaron objetivos clave en lugares como las instalaciones nucleares de Natanz, el aeropuerto internacional de Teherán ha cerrado sus puertas y la población ha sido instada a permanecer en refugios antiaéreos.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha calificado de «muy exitosos» los bombardeos, destacando que se han alcanzado altos mandos militares y científicos relacionados con el desarrollo nuclear en Irán. Las consecuencias de esta operación han resultado en al menos nueve civiles muertos, incluidos líderes militares iraníes de alto rango. En respuesta, fuentes del Ejército iraní han informado sobre el lanzamiento de más de un centenar de drones hacia Israel, mientras que las FDI advierten sobre esfuerzos para interceptarlos. En medio de esta escalada de tensiones, el presidente israelí, Isaac Herzog, ha declarado que los ataques son necesarios para neutralizar lo que describe como una “amenaza existencial”, al tiempo que espera un cambio hacia un futuro más pacífico en la región.
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