El ministro de Exteriores de Irán, Abás Araqchí, ha denunciado los ataques aéreos de Estados Unidos contra instalaciones nucleares iraníes, advirtiendo que estas acciones tendrán «consecuencias duraderas». Araqchí acusó a EE. UU. de violar la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional al bombardear lo que consideró instalaciones nucleares pacíficas. En respuesta, el presidente Donald Trump anunció que las operaciones, que afectaron a tres lugares estratégicos en Irán, se llevaron a cabo con éxito, marcando un aumento de las tensiones en la región.
En una reacción inmediata, Irán lanzó un ataque con misiles contra el centro y el norte de Israel, resultando en al menos 16 heridos, la mayoría de ellos de carácter leve, en varias ciudades, incluidas Tel Aviv y Haifa. Este contraataque fue descrito por Teherán como parte de su «Operación Promesa Verdadera 3», en represalia por los ataques estadounidenses y las incursiones israelíes previas. Se reportó que los objetivos del ataque incluían el Aeropuerto Internacional de Ben Gurión y diversas instalaciones logísticas y de mando.
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