El torero albacetense, que celebra medio siglo desde su doctorado en el arte de la tauromaquia, fue objeto de un emotivo homenaje por parte de la Fundación Toro de Lidia. Este reconocimiento se llevó a cabo un día antes de su aniversario, resaltando su contribución y legado en el mundo del toreo, que ha marcado la historia de la localidad y ha sido un punto de referencia para los aficionados.

Durante 34 años, el torero desempeñó un papel fundamental como director de la Escuela Taurina de Albacete, donde formó a numerosas generaciones de nuevos talentos en esta tradición. Su labor no solo se limita al arte de la tauromaquia, sino que también abarca un compromiso continuo con la promoción y el desarrollo de esta cultura en la región, consolidándolo como una figura emblemática en el sector.

Leer noticia completa en La Tribuna de Albacete.