En una ceremonia celebrada en el Monasterio de Montserrat, el Rey Felipe VI destacó la importancia simbólica y cultural de este enclave, que, según él, representa un “gran punto de encuentro” para la cultura catalana, española y europea. Durante su discurso, que incluyó extensas secciones en catalán, el monarca hizo un llamado a la apertura y el progreso, subrayando la necesidad de mantener un discurso en contra de las “identidades excluyentes” y las ideologías totalitarias. Acompañado de la Reina Letizia y varias autoridades, el Rey reconoció la contribución histórica y espiritual de Montserrat a la sociedad, especialmente en tiempos de incertidumbres geopolíticas.

Felipe VI, en su primera visita como Rey al monasterio, relató su conexión personal con el lugar, recordando su visita de 2011 como Príncipe de Asturias. En su intervención, enfatizó que la comunidad de Montserrat y sus valores benedictinos trascienden sus muros, representando un legado que debe ser cuidado y transmitido a futuras generaciones. El monarca resaltó la necesidad de un mensaje de esperanza en el contexto actual de conflictos e inestabilidad, y expresó su agradecimiento por la labor constante de los monjes en la promoción de estos ideales.

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