A partir del 1 de enero de 2025, la introducción de un nuevo tipo impositivo del 30 % sobre las ganancias patrimoniales que superen los 200 000 euros impactará de manera significativa la rentabilidad de los inversores en España. Este cambio, que se suma a los ya existentes tipos marginales del 19 %, 21 % y 23 %, posiciona al país entre los más altos en cuanto a presión fiscal sobre el capital, solo superado por Dinamarca y Finlandia. Se estima que aproximadamente 190 000 contribuyentes se verán afectados, generando una recaudación adicional de 712 millones de euros. Los expertos advierten que, si bien el Ministerio de Hacienda presenta la medida como un avance hacia la progresividad fiscal, la carga tributaria en España ya es superior al promedio europeo.
Ante este escenario, la planificación fiscal se vuelve esencial para mitigar el impacto del nuevo régimen. Existen herramientas disponibles, como la compensación de pérdidas, traspasos entre fondos y seguros unit-linked que permiten diferir la tributación. Estrategias como el «harvesting de pérdidas» y ventas escalonadas son recomendadas para optimizar el IRPF del ahorro y evitar caer en la nueva trampa fiscal. Con inspecciones fiscales en aumento, los contribuyentes están llamados a ajustar sus estrategias y considerar el asesoramiento de expertos, quienes pueden ayudar a modelar escenarios y reestructurar carteras para minimizar la carga impositiva antes de que se implemente el nuevo tipo en enero.
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