La combinación del verano, las vacaciones y el aumento del tiempo en familia ha llevado a un alarmante incremento de la violencia machista en España, con el presunto asesinato de cinco mujeres y un menor en la última semana. El lunes, se encontraron sin vida a Alejandra, de 34 años, y a su hijo de tres años en Algemesí, Valencia. Al día siguiente, el caso de Susana, una mujer de 49 años desaparecida en mayo, se tornó trágico al confirmarse su muerte, con su cuerpo hallado en un contenedor de basura. Otro caso igualmente desgarrador fue el de Marisa, de 61 años, quien fue apuñalada en su casa de Getafe por su pareja, que había advertido de sus intenciones.

Ante esta escalofriante ola de crímenes, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, declaró que el país se encuentra en «alerta máxima» por la violencia de género. En respuesta, el Ministerio del Interior ha ordenado a las fuerzas policiales reforzar la protección de las víctimas durante el verano, periodo considerado de alto riesgo por el incremento de incidentes violentos. La autoridad ha destacado que se evaluará la peligrosidad de los agresores, teniendo en cuenta factores como antecedentes de violencia y consumo de sustancias, lo que puede potencialmente agravar la situación en un entorno marcado por el calor y las dinámicas familiares intensas.

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