El tribunal de Jerusalén ha rechazado una solicitud para posponer el juicio por corrupción del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. La jueza Rivka Friedman-Feldman consideró insuficientes las razones presentadas por Netanyahu, quien alegó motivos de seguridad nacional debido a la guerra en Gaza y tensiones con Irán. La Fiscalía insistió en mantener las fechas, argumentando que Netanyahu no proporcionó explicaciones adecuadas para justificar su ausencia. El mandatario está acusado de soborno, fraude y abuso de confianza en tres casos diferentes; entre ellos, la recepción de artículos de lujo a cambio de favores políticos y tratar de influir en la cobertura mediática. Netanyahu niega los cargos y asegura ser víctima de un golpe político.
El proceso judicial, que comenzó en mayo de 2020, ha sufrido continuos retrasos y no se espera un veredicto hasta el próximo año. En este contexto, el expresidente estadounidense Donald Trump, cercano a Netanyahu, ha declarado que el juicio es una «caza de brujas» y ha pedido su suspensión. Sin embargo, figuras de la oposición, como el ex primer ministro Yair Lapid, critican estos intentos de aplazamiento, describiéndolos como tácticas evasivas. Tras la decisión del tribunal, Netanyahu ha entregado una copia de su agenda para solicitar nuevamente el aplazamiento. Mientras tanto, el portavoz del Gobierno, Ofir Katz, lamentó la desconexión entre la situación política de Israel y su sistema legal.
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