El pasado domingo, tres guardias civiles fueron agredidos en Calpe mientras realizaban un control rutinario de alcoholemia. Los agentes, pertenecientes al destacamento de Benidorm y reforzados por un compañero de la Comandancia de Albacete estacionado en Hellín, intentaban garantizar la seguridad durante el verano. Sin embargo, un grupo de individuos se negó a cumplir las órdenes, argumentando que eran independentistas y no reconocían las leyes españolas. La situación escaló rápidamente, resultando en un intento de fuga por parte del grupo, que acabó con agresiones físicas hacia los agentes.
El secretario general de la Asociación Unificada de la Guardia Civil, Agustín Clemente, expresó su preocupación por la falta de respaldo a los agentes afectados. Uno de los guardias, que participa en la Operación Verano, sufrió la pérdida de un diente durante el altercado. Clemente criticó que el agente no ha podido solicitar la baja sin enfrentar la posibilidad de ser retirado de la misión, lo cual implicaría perder el dinero invertido en su traslado a Benidorm. Este incidente pone de relieve las dificultades y carencias de apoyo que enfrentan los agentes en situaciones de riesgo.
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