En España, el paso de destacados políticos socialistas al ámbito privado ha generado una creciente especulación en torno a sus actividades internacionales. Figuras como Miguel Ángel Moratinos, José Bono y José Luis Rodríguez Zapatero, quienes anteriormente ocuparon cargos de alta responsabilidad, ahora se dedican a mediaciones y negocios privados, aunque muchas de sus acciones se mantienen en el ámbito de los rumores más que en la transparencia. Moratinos, por ejemplo, opera principalmente entre Emiratos Árabes y Guinea Ecuatorial, mientras que Bono se establece entre España y República Dominicana, vinculado estrechamente con el entorno del presidente Luis Abinader. Por otro lado, Zapatero ha consolidado una posición de influencia en Venezuela, donde se le reconoce como una figura de poder junto a Nicolás Maduro, y ha sido clave en diversas operaciones políticas y comerciales.
La participación de estos exdirigentes en asuntos internacionales ha suscitado críticas debido a la falta de claridad sobre sus roles, especialmente considerando las conexiones que forjaron durante sus mandatos. A pesar de la legalidad de sus ingresos actuales, la ausencia de transparencia ha alimentado rumores sobre posibles irregularidades, como el controvertido rescate de la aerolínea Plus Ultra. Adicionalmente, el caso del aterrizaje en Madrid de Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, bajo complicidad española, dejó interrogantes sobre las relaciones de poder y la posible existencia de operaciones sospechosas, como lavado de dinero. En un entorno donde la globalización y la política internacional están intrínsecamente conectadas, la demanda por una mayor transparencia de quienes una vez ostentaron el poder sigue creciendo, buscando garantizar que las actividades empresariales sean claras y éticamente incuestionables.
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