Al menos cuatro personas han perdido la vida y varias más han resultado heridas en una serie de ataques recientes en el este de Ucrania, afectando a áreas como Zaporiyia, Donetsk, Jersón, Kiev y Sumi. En esta última región, situada en el noreste del país, se han registrado 90 ataques aéreos en las últimas 24 horas, resultando en tres muertes y una veintena de heridos. Otra muerte se ha confirmado en Donetsk. En paralelo, la Fuerza Aérea de Ucrania ha interceptado un total de 309 drones y dos misiles de crucero rusos, mientras que en la capital, Kiev, las defensas antiaéreas se han activado tras el sonido continuo de las sirenas desde la noche del domingo hasta la mañana del lunes, con al menos ocho heridos reportados.
Las alarmas también han resonado en otras regiones como Jmelnitski, Rivne, Dnipropetrovsk y Nikolaev, donde se han confirmado más heridos y daños a infraestructuras civiles. Ante esta renovada ola de ataques, las autoridades ucranianas han expresado escepticismo sobre las intenciones de paz del presidente ruso Vladimir Putin. Andri Yermak, asesor del presidente ucraniano Volodimir Zelenski, denunció públicamente la continuidad de los ataques aéreos rusos, señalando que las infraestructuras civiles y la población siguen siendo blanco de destrucción a pesar de los llamados internacionales a negociar y poner fin al conflicto.
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