Hiroshima y Nagasaki: Ecos de un Pasado que Resuena en el Presente


Un día rutinario se convirtió en un capítulo oscuro en la historia de la humanidad cuando, el 6 de agosto de 1945, Hiroshima fue golpeada por la primera bomba atómica usada en un conflicto. La detonación que redujo la ciudad a escombros dejó un saldo inmediato de entre 70.000 y 80.000 muertos, cifra que se incrementó debido a la radiación. La decisión de utilizar armas nucleares, ejecutada por Estados Unidos bajo la administración de Harry Truman, buscó forzar la rendición de Japón en un escenario de guerra que aún permanecía encendido en el Pacífico, pese al fin del conflicto en Europa. Tres días después, Nagasaki sufrió una tragedia similar cuando el artefacto «Fat Man» fue lanzado, dando un golpe final que culminó con la muerte de 40.000 personas de forma instantánea, acelerando la rendición japonesa anunciada el 15 de agosto.

Este evento bélico dejó una huella indeleble en el mundo, llevando a un debate global sobre la ética del uso de armas nucleares y propiciando la firma del Tratado de No Proliferación Nuclear en 1968. Sin embargo, el espectro de un enfrentamiento atómico ha persistido, intensificado durante la Guerra Fría y revivido recientemente con conflictos contemporáneos. A día de hoy, nueve países poseen armas nucleares, y las tensiones globales siguen recordando el potencial destructivo que comenzó aquel día de agosto. Los arsenales se modernizan y las amenazas, como las recientes en torno a las acciones de Rusia e Irán, mantienen al mundo en alerta mientras que el «reloj del juicio final» avanza peligrosamente hacia la medianoche, marcando un recordatorio constante de lo que está en juego.

Leer noticia completa en La Tribuna de Albacete.