Las altas temperaturas del verano no han detenido el pulso cultural en la Península Ibérica, donde una serie de exposiciones museísticas se erigen como refugios artísticos para quienes buscan una alternativa al tradicional veraneo en la playa o la montaña. Desde el Museo del Prado en Madrid, que resplandece con una exhibición dedicada a Paolo Veronese, hasta el Museo Reina Sofía, que ofrece una retrospectiva del artista canario Néstor Martín-Fernández de la Torre, la oferta es variada y busca atraer a los amantes del arte clásico y contemporáneo. En Málaga, el Museo Picasso explora la geometría moderna con Farah Atassi, mientras que el Carmen Thyssen revive el espíritu rebelde de la transición española con «Pintura liberada».
En el norte, la Fundación MOP en La Coruña sumerge al visitante en el Londres de los años 60 y 70 con la cámara de David Bailey, famoso por su trabajo en Vogue y su enfoque innovador sobre la fama. Por su parte, el CaixaForum de Barcelona ofrece una inmersión en el barroco flamenco con obras de Rubens y otros maestros. La propuesta concluye con una mirada al poder de las palabras en la retrospectiva de Barbara Kruger en el Museo Guggenheim de Bilbao, y una reflexión sobre la vida y la muerte en la Fundació NUMA Espais de Cultura de Menorca con Hiroshi Kitamura. En suma, los museos del país ofrecen una vasta gama de exposiciones que convierten a la cultura en un inmejorable aliado para combatir el caluroso y, a veces, monótono periodo estival.
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