Los Bancos Pierden Su Brillo: La Era del Desinterés para los Ladrones


En la década de los 80, España fue testigo de robos a bancos que fácilmente podrían haberse convertido en guiones de cine. Uno de los más memorables fue el atraco al Banco Hispano Americano de Barcelona en agosto de 1985, orquestado por la denominada «banda de Roma». Este grupo pasó cinco meses excavando un túnel de 300 metros para acceder a la cámara acorazada del banco, aprovechando el día festivo nacional del 15 de agosto para llevar a cabo su plan sin interrupciones. Lograron abrir unas 400 cajas de seguridad y sustraer un botín de 6.000 millones de pesetas, cifra que hoy equivaldría a cerca de 123 millones de euros. Sin embargo, con el tiempo, el panorama ha cambiado y estos robos sofisticados han caído en el olvido, siendo sustituidos por delitos más modernos o menos lucrativos.

En la actualidad, los atracos a bancos han perdido su glamur y sofisticación, quedando reducidos en su mayoría a zonas rurales y a manos de delincuentes habituales de avanzada edad, quienes actúan de manera menos planificada. No obstante, aún existen bandas especializadas que, con cierta nostalgia, recuerdan aquellos grandes atracos. Recientemente, la Policía Nacional desarticuló un grupo en Málaga que consiguió 112.000 euros tras observar sus objetivos por semanas. A pesar de sus esfuerzos, esta modalidad delictiva sigue en decline, en parte debido a las medidas de seguridad más severas y al cambio en las estrategias criminales hacia robos menos arriesgados. A medida que las anécdotas de grandiosos atracos quedan en el recuerdo, la realidad actual refleja una disminución en su prevalencia e importancia.

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