La Feria de Albacete, reconocida por su tradición y vitalidad, despliega un abanico de actividades diarias que cautivan a locales y visitantes por igual. Cada jornada comienza con el bullicio de los mercados artesanales, donde los aromas de productos locales impregnan el aire. A medida que avanza el día, las calles se llenan de coloridos desfiles que encarnan el folclore manchego, permitiendo a los asistentes sumergirse en una experiencia cultural única. Además, el recinto ferial se convierte en epicentro de entretenimiento con múltiples actuaciones y espectáculos musicales que fusionan ritmos tradicionales y contemporáneos.
Las tardes están reservadas para los amantes de la gastronomía, con degustaciones de delicias típicas como las migas y los gazpachos manchegos, mientras los más pequeños disfrutan de atracciones y juegos en el parque infantil. Las noches, por su parte, son un espectáculo en sí mismas: las luces y la música crean una atmósfera festiva que culmina con conciertos al aire libre y emocionantes corridas de toros. Esta feria, que cada año se renueva y sorprende, no solo celebra las raíces de Albacete, sino que también invita a todos a ser parte de una fiesta que exalta la cultura y la diversidad.
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