El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha declarado que Israel debe «acabar el trabajo» en Gaza, en referencia a las operaciones militares en curso en la región. En un contexto de tensiones persistentes y enfrentamientos recurrentes, Netanyahu subrayó la necesidad de garantizar la seguridad de Israel y sus ciudadanos. Sus declaraciones llegan en un momento crítico, marcado por continuos intercambios de fuego y un aumento notable en la violencia, lo que ha intensificado las preocupaciones internacionales sobre la estabilidad en la región.
Mientras el conflicto se prolonga, las repercusiones humanitarias se agravan, con un creciente número de víctimas civiles y desplazados dentro de Gaza. La comunidad internacional ha alzado voces de inquietud, pidiendo moderación y esfuerzos diplomáticos para evitar una escalada mayor. A pesar de las presiones exteriores, el gobierno israelí parece decidido a seguir con sus operaciones militares, argumentando que son necesarias para debilitar a las facciones armadas en Gaza y restablecer la calma.
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