«Desafío cedrático en Villaverde: ¿ingenuidad o destreza?»
En un peculiar rincón de Villaverde, la rutina tomó un giro cinematográfico cuando un grupo de jóvenes decidió desafiar las leyes de la física al intentar cruzar un río caudaloso apoyados en una estructura de sillas encajadas. La hazaña, orquestada en una tarde de sábado, atrajo a una pequeña multitud de curiosos, quienes no podían apartar la vista de lo que parecía ser un equilibrio precario entre la determinación y el riesgo. El improvisado puente, compuesto por sillas en precario equilibrio, provocó que muchos se detuvieran a observar el desarrollo, entre risas nerviosas y murmullos de admiración.
El evento no solo capturó la atención de los locales, sino que también se convirtió en tema en redes sociales, donde se debatía la audacia de los jóvenes frente al peligro evidente. Mientras que algunos elogiaban su valentía e iniciativa creativa, otros expresaban su preocupación por la posibilidad de un accidente. A pesar de la naturaleza aparentemente imprudente de su empresa, los protagonistas del osado cruce parecían disfrutar del desafío, subrayando con su acto un mensaje no dicho: a veces, lo imposible es solo el primer paso hacia los sueños más grandes.
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