Castilla-La Mancha ha vivido un notable cambio demográfico en sus áreas más despobladas, con un aumento sostenido en la población durante tres años seguidos entre 2021 y 2024. En ese período, el saldo migratorio en estas zonas ha alcanzado las 15.423 personas. Según datos proporcionados por el comisionado del Reto Demográfico, Jesús Alique, 23 de cada 100 migrantes que llegan a la región optan por asentarse en territorios escasamente poblados. Este repunte se ha visto impulsado en gran medida por la implementación de una ley innovadora que combina estrategias económicas, sociales y fiscales con el fin de mitigar la pérdida demográfica.
Durante el reciente Congreso de Soluciones Inteligentes para el Rural en Córdoba, Alique destacó los logros de esta legislación, que incluye medidas como la fiscalidad diferenciada y deducciones significativas para quienes decidan mudarse a estos municipios. Con beneficios que alcanzan hasta el 25% en la cuota autonómica, la ley también promueve la inversión empresarial y el fortalecimiento de servicios públicos esenciales. Alique subrayó que ofrecer un entorno atractivo para vivir y trabajar es crucial para el futuro de estas comunidades, enfatizando que «sin servicios no hay personas, pero sin actividad económica tampoco».
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