El callejero de Albacete rinde homenaje a figuras locales que han dejado una huella significativa en la historia de la ciudad. Personalidades como el pintor Benjamín Palencia, el Marqués de Molins, destacado por sus aportes a la literatura y la política, o la modista Agustina Aroca, cuyo talento en la costura la llevó a ser una referencia en la moda local durante varias décadas, son algunos de los nombres que perduran en la memoria colectiva a través de las calles. Aroca, que nació en 1891, abrió su primer taller en la calle San Agustín y se convirtió en un referente para la clase alta albaceteña.
La trayectoria de Agustina Aroca es testamentaria de dedicación y adaptabilidad. Durante la Guerra Civil, su taller dejó la confección de vestidos para coser gorros destinados a uniformes del ejército republicano, generando empleo para muchas familias de la ciudad. Después de la contienda, reanudó su labor en la alta costura, creando prendas que se transformaron en auténticas obras de arte. Reconocida con la Medalla de Plata al Trabajo, Aroca no solo dejó un legado en el mundo de la moda, sino que también se convirtió en un símbolo de la comunidad albaceteña por su pasión y compromiso.
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