España y Alemania han dado un paso significativo hacia la resolución de un tema que ha suscitado tensiones en la política europea: la oficialidad del catalán, euskera y gallego en la Unión Europea. Este acuerdo bilateral, surgido de la necesidad de España de cumplir con los compromisos con Junts para la investidura de Pedro Sánchez, marca el inicio de un diálogo que se espera emprender con celeridad. Los ministerios de Asuntos Exteriores de ambos países están encargados de liderar estas conversaciones, cuyo objetivo es presentar un texto consensuado ante el Consejo de Asuntos Generales de la UE. Este gesto diplomático se produce en un contexto donde Alemania, tradicionalmente reacia a cambiar el reglamento lingüístico de la UE, muestra apertura después de superar dudas legales y financieras.
El avance llega en un momento crucial, ya que Junts ha incrementado la presión sobre el Gobierno de Sánchez, amenazando con romper relaciones si no se observan progresos en sus acuerdos. Mientras tanto, Alemania ha propuesto una solución a largo plazo basada en la inteligencia artificial, que permitiría la traducción en tiempo real y podría eliminar la necesidad de intérpretes. Estas discusiones son una repetición del dilema presentado en julio, donde España enfrentó oposición en el Consejo de Asuntos Generales, liderada por Alemania. Aunque la solución no parece inmediata, este acuerdo marca un hito en las aspiraciones de España de ver sus lenguas cooficiales reconocidas en la esfera europea.
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