Amor y Fraude: El Temor al Ridículo en Tiempos de Estafas Emocionales


Las ciberestafas amorosas, también conocidas como timos del amor, están cobrando protagonismo como una forma insidiosa de fraude que trasciende el mero perjuicio económico. En este contexto, testimonios como el de Vicente y Jorge, víctimas de estas manipulaciones, resonaron en una reciente jornada parlamentaria en el Congreso de los Diputados. Organizada por la asociación Anceme, el encuentro puso de manifiesto el dolor emocional y la humillación que sufren las víctimas, muchas de las cuales enfrentan el escepticismo y la burla cuando intentan compartir su experiencia. A pesar de su gravedad, la criminóloga Paz Velasco subraya que esta modalidad delictiva no está tipificada en el Código Penal, lo que dificulta su persecución y refuerza la impunidad.

Los delincuentes crean identidades digitales meticulosamente confeccionadas para ganar la confianza de sus víctimas, explotando su vulnerabilidad emocional. A través de una táctica conocida como «avalancha de afecto», embaucan a sus objetivos haciéndoles creer que han encontrado a su alma gemela, para luego introducir problemas ficticios que justifican las solicitudes económicas. Como explica Velasco, estos estafadores son expertos en detectar carencias emocionales como la soledad o el bajo autoestima, prolongando la manipulación el tiempo necesario para extraer dinero de sus víctimas. El desenlace es un devastador golpe psicológico, comparable al duelo tras una pérdida cercana, acentuado por el sentimiento de humillación y el vacío que deja una relación fabricada sobre engaños.

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