Los cuentos de Hans Christian Andersen han sido parte esencial de la infancia de millones de personas por generaciones, incluso tras ser adaptados por Disney y el cine. Obras icónicas como «La Sirenita», «El patito feo» y «El traje nuevo del emperador» siguen cautivando la imaginación de niños en todo el mundo. Andersen, nacido en Odense, Dinamarca, en 1805, atravesó una infancia difícil llena de penurias y logró superarlas gracias a su pasión por la literatura y el arte. Tras muchos esfuerzos, se hizo un nombre como actor, cantante y eventualmente, como un escritor reconocido, logrando incluso el favor del rey Federico VI, quien le proporcionó la educación que tanto necesitaba.
A lo largo de su vida, Andersen fue un viajero incansable, recorriendo Europa y recogiendo experiencias que reflejó en sus escritos. En su visita a España en 1862, quedó profundamente fascinado por ciudades como Málaga, Granada, Alicante y Toledo, la cual describió con un cariño especial. Aunque su vida amorosa estuvo llena de misterio y frustraciones, entre enamoramientos no correspondidos y una homosexualidad reprimida, supo plasmar sus sentimientos en su obra, manteniendo siempre un canto al amor fraternal. Andersen murió en 1875, pero su legado vive a través de sus cuentos y el Premio Hans Christian Andersen, otorgado bianualmente desde 1956, honorando su contribución a la literatura infantil.
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