A primera hora de la mañana, la escalinata de la catedral de Albacete fue testigo de la ordenación episcopal de Ángel Román Idígoras, un acto solemne que reunió a destacadas figuras del clero y la política local, así como a fieles venidos de diversas partes, incluyendo la comunidad madrileña. Junto a él se encontraban el nuncio apostólico Bernardito Cleopas, el administrador diocesano Julián Ros y el arzobispo de Toledo Francisco Cerros, quienes acompañaron al nuevo obispo en este significativo inicio de su ministerio.
Uno de los momentos más emotivos de la ceremonia se produjo cuando el obispo ordenante invitó a Román a ocupar la cátedra, marcando así su asunción oficial como el séptimo obispo de la diócesis de Albacete. Con 56 años de edad y una trayectoria de 31 años como sacerdote en la Diócesis de Alcalá de Henares, Román ha ocupado diversos roles en su comunidad. Su nombramiento fue anunciado por la Santa Sede el pasado 6 de marzo, consolidando su papel como líder espiritual en la región.
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