La Comisión Europea ha presentado una propuesta para modificar parcialmente el Acuerdo de Asociación entre la UE e Israel. Esta medida surge como respuesta a la crisis humanitaria en Gaza, que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, describió como «inaceptable». El paquete contempla la reintroducción de aranceles y la suspensión de ciertas ventajas comerciales, afectando significativamente las exportaciones israelíes, aunque asegura que el comercio continuará fluyendo. La Alta Representante de la Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, aclaró que el objetivo no es castigar a Israel, sino mejorar la situación humanitaria en la región.
Además, se plantean sanciones a ministros del gobierno israelí y figuras clave de Hamás, las cuales requieren unanimidad entre los Estados miembro. También se suspende temporalmente el apoyo financiero bilateral a Israel, eliminando fondos destinados a proyectos ya vigentes. En respuesta, el gobierno israelí acusó a la UE de actuar de «mala fe» y de no consultar previamente, mientras que fuentes comunitarias aseguran que las acciones están en línea con las reglas establecidas. La propuesta está sujeta a la aprobación de una mayoría cualificada de los Veintisiete, lo que implicará pasos adicionales hacia el diálogo y la notificación formal a Israel.
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