El Ministerio del Interior de Camboya ha tomado la decisión de cerrar todos los pasos fronterizos con Tailandia como respuesta a los continuos bombardeos por parte del país vecino, a pesar de los esfuerzos de mediación por parte de Malasia para establecer un alto el fuego. La medida, anunciada a través de una página de Facebook oficial, se implementa de inmediato y abarca todos los puntos de entrada y salida del país. Este cierre ocurre en un contexto de tensiones crecientes, donde el intercambio de acusaciones y las acciones militares han prevalecido, a pesar de que Malasia, liderada por su primer ministro, Anwar Ibrahim, ha tratado de mitigar el conflicto sugiriendo un alto el fuego supervisado por observadores internacionales y con apoyo satelital de EE.UU.
Por su parte, Tailandia ha rechazado la propuesta de alto el fuego, reafirmando su intención de continuar con las operaciones militares hasta considerar eliminada cualquier amenaza. Anutin Charnvirakul, el primer ministro tailandés, se ha mostrado contundente en su posición, desmintiendo incluso declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump sobre un supuesto accidente que habría escalado los enfrentamientos. En contraste, Camboya ha aceptado la tregua propuesta por Malasia. Sin embargo, el mantenimiento del cierre fronterizo refleja la realidad de un conflicto que sigue sin resolverse y amenaza la estabilidad regional.
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