El primer ministro canadiense, Mark Carney, criticó enérgicamente las recientes medidas comerciales de la Administración Trump, declarando que estos aranceles al sector automotriz han «fracturado la economía global». Aseguró que la era de la integración económica profunda entre Canadá y Estados Unidos ha llegado a su fin, una situación que considera trágica pero inevitable. En respuesta a la implementación de aranceles del 25% a los vehículos importados que no cumplan con las normas del T-MEC, Canadá contraatacará, esperando obtener unos 8,000 millones de dólares en ingresos, que se destinarán directamente a compensar a los trabajadores afectados.
Carney subrayó que estas acciones representan una violación de los acuerdos del T-MEC, alegando que el sistema económico basado en la colaboración con Estados Unidos, que ha beneficiado a Canadá desde la Segunda Guerra Mundial, ha concluido. Mientras se plantea una estrategia para enfrentar los aranceles, incluyendo acciones legales en tribunales internacionales, Carney también busca fortalecer lazos con países aliados, compartiendo su preocupación con líderes europeos como el canciller alemán, Olaf Scholz. Esta situación contrasta con la valoración optimista de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, quien destacó la supervivencia del acuerdo comercial en medio de la tensión.
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