Desde 2021, Castilla-La Mancha ha visto un notable cambio demográfico en sus zonas de extrema despoblación, logrando un saldo migratorio positivo que suma 15.423 nuevos residentes hasta 2024. Esta transformación se atribuye a la implementación de una ley innovadora contra la despoblación, que ha creado incentivos económicos y sociales para atraer a nuevas personas a estos territorios olvidados. Según el comisionado del Reto Demográfico, Jesús Alique, cerca del 23% de quienes migran a la región optan por asentarse en áreas poco pobladas, lo que pone de manifiesto la efectividad de las políticas diseñadas para revitalizar estas comunidades.
El reciente Congreso de Soluciones Inteligentes para el Rural, celebrado en Córdoba, se centró en la aplicación de estrategias que fomenten el desarrollo local. Durante el evento, se discutieron medidas concretas de la ley, como deducciones fiscales significativas para los residentes en municipios vulnerables y apoyos a empresas que inviertan en estas áreas. Alique enfatizó que la atracción de servicios y empleo es clave para evitar la despoblación, construyendo así un futuro más prometedor para los pueblos. Este enfoque integral busca no solo preservar, sino también dignificar la vida rural, presentándola como una alternativa viable y atractiva para todos.
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