Castilla-La Mancha cerró el año 2024 con un superávit de 76 millones de euros, lo que representa un saldo del 0,13 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de la región. Esta mejora en la situación financiera contrasta notablemente con el déficit de 591 millones de euros registrado en 2023, equivalente al 1,1 por ciento del PIB. Este cambio refleja un giro significativo en la gestión económica de la comunidad, que, tras haber enfrentado déficits en años anteriores, también había reportado superávit durante los años críticos de la pandemia, donde en 2021 alcanzó un 0,33 por ciento y en 2020 un 0,4 por ciento.
El superávit en Castilla-La Mancha se alinea con la tendencia observada en la mayoría de las comunidades autónomas, aunque algunas, como Extremadura y Andalucía, destacaron con saldos positivos más significativos. El cierre del año sin desfases en los ingresos y gastos significa que la región no aumentará su endeudamiento, que actualmente se sitúa en más de 16.000 millones de euros, aunque el Estado ha propuesto condonar casi 5.000 millones de esta deuda. Para 2025, la Junta ha diseñado un presupuesto con un objetivo de déficit del 0,1 por ciento, es decir, alrededor de 55 millones de euros, apuntando a mantener la estabilidad financiera en el futuro.
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