El Centro de Educación Especial Infanta Elena en Villarrobledo ha vuelto a llenarse de vida y celebración, gracias a una jornada festiva que reunió a usuarios, trabajadores, voluntarios y familias. El evento, que se ha convertido en una tradición entrañable, sirve para resaltar la dedicación y el esfuerzo compartido de todos sus participantes, quienes a través de actividades lúdicas y momentos de convivencia fortalecen el sentido de comunidad y pertenencia. En un ambiente cargado de risas y alegría, el centro reafirma su compromiso con la inclusión y el bienestar de las personas con discapacidad.
Sin embargo, la festividad no es solo un espacio de diversión, sino también una plataforma para hacer oír las demandas de apoyo necesario que siguen esperando de las administraciones públicas. Las familias, con el respaldo incondicional de voluntarios y el equipo del centro, alzan su voz para pedir más recursos y políticas que garanticen un futuro mejor para sus seres queridos. Mientras las sonrisas iluminan el recinto, el mensaje es claro: el compromiso social y el respaldo institucional son esenciales para continuar este noble camino de inclusión y desarrollo para todos.
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