El Celta de Vigo revivió sus aspiraciones europeas al vencer al Athletic Club en Balaídos, logrando su primera victoria liguera en casa. El partido inició con un ritmo lento, sin riesgos ni presión avanzada por parte de ambos equipos, quienes optaron por un juego de control sin mayores sobresaltos. A pesar de realizar siete cambios en su alineación, el Celta mostró pocas oportunidades ofensivas durante la primera mitad. El Athletic, por su parte, aunque más estable tras su empate en Champions frente al PSG, apenas logró generar peligro real, manteniendo el partido sin goles antes del descanso.
Sin embargo, la dinámica cambió radicalmente al iniciar el segundo tiempo. El Celta, con un inicio fulgurante, anotó dos goles rápidamente, primero a través de un cabezazo de Swedberg y luego con un hábil recorte de El-Abdellaoui, quien fue decisivo tras su ingreso después del descanso. El Athletic, golpeado y con la defensa debilitada, buscó responder, pero sus esfuerzos se vieron frustrados tras un penal fallado por Nico Williams, que fue salvado por Radu. A pesar de mantener la posesión, el equipo de Ernesto Valverde no logró concretar sus oportunidades, destacándose solo el poste alcanzado por Izeta. La determinación y eficacia en el ataque fueron la clave para que el Celta sellara una victoria crucial, reafirmando su camino hacia puestos europeos.
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