El festival tradicional de villancicos de Chinchilla ha evolucionado este año a un nuevo formato, bajo el nombre de Aguilandera Benéfica, organizado por el Coro Joven de la Parroquia de Santa María del Salvador. Ayer por la tarde, las calles y plazas de la localidad se llenaron de espíritu navideño con la música y los bailes populares de los participantes, empezando en la Plaza de la Mancha y culminando en la Iglesia de Santo Domingo. Tras la misa, se inauguró el Belén de Chinchilla, que este año se presenta antes de la tradicional fecha de Nochebuena, marcando un hito en sus cuatro décadas de historia.
La primera edición de la Aguilandera Benéfica reportó una alta participación, logrando recaudar fondos destinados a una causa solidaria: un centro para mujeres en riesgo de exclusión social en Buenos Aires, gestionado por las Misioneras Cruzadas de la Iglesia. Esta decisión refuerza el compromiso de la comunidad con la solidaridad internacional, creando un puente de ayuda y esperanza desde Chinchilla hasta Argentina. El evento no solo destacó el talento local, sino que también promovió un mensaje de unión y generosidad, extendiendo el verdadero significado de la Navidad más allá de sus fronteras.
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