La obesidad se ha convertido en uno de los mayores retos de salud pública del siglo XXI, alcanzando proporciones de epidemia global según la Organización Mundial de la Salud. Esta condición afecta a personas de todas las edades, desde adultos hasta niños, y va más allá de una mera preocupación estética; se trata de una enfermedad crónica con profundas implicancias para la salud física, la salud mental y la dinámica social. Especialistas como el doctor Julio Atencio, experto en cirugía bariátrica, señalan que la obesidad incrementa el riesgo de enfermedades graves como la diabetes tipo 2 y la hipertensión, además de limitar la movilidad y afectar la calidad de vida.
Ante esta alarmante situación, la cirugía bariátrica se presenta como una opción eficaz para quienes no logran perder peso a través de métodos convencionales. Este grupo de procedimientos quirúrgicos no solo busca reducir el peso, sino también revertir comorbilidades asociadas, logrando, en muchos casos, la remisión de diabetes tipo 2 y una notable mejora en la salud cardiovascular. Sin embargo, el éxito de la operación no se basa únicamente en la cirugía, sino en el trabajo coordinado de un equipo multidisciplinario que incluye nutricionistas, psicólogos y endocrinólogos, quienes apoyan a los pacientes en la implementación de hábitos saludables a largo plazo.
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